Zaira González;

sábado, 29 de octubre de 2011

Rechazas mi presencia, mi atención e incluso mi cariño. Nuestro truque se ha roto: ya no dispones de sonrisas, besos o caricias con que pagarme. Sin embargo, he bajado los precios y, a menudo, una simple palabra bastaría para saciarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario