Zaira González;

sábado, 26 de marzo de 2011

Pero tus ojos se clavaron en mi, te miré y te hice sonreir. Desde aquel día tú eres mi obsesión, sé que te sigo por donde vas y te espío en cada rincón. Te noto tras mis pasos, te escondes en mi sombra y no comprendo la razón.
 Provócame, a ver, atrévete; provócame, a mi, acércate; provócame, aquí, de piel a piel.

Provócame, libérate de una vez, ten valor, enfréntate; provócame y conquista mi amor.
¿Qué misterioso asunto ocultarás? ¿Por qué secretamente vienes y vas? No dejas huellas, pero sé que estás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario